01 junio 2010

El valor de ser único

He aquí a una de las especies más raras y desconocidas de Europa. Esta pequeña mantis sin alas, llamada Apteromantis aptera, con sus ojos puntiagudos y su librea verde hierba, solamente se ha encontrado en la mitad Sur de la Península Ibérica. Se descubrió en la provincia de Ciudad Real hacia finales del Siglo XIX, y desde entonces sólo ha sido citada trece veces. La población que hay en nuestro ecosistema hace la número catorce en todo el mundo, y la única conocida en el Campo de Montiel.

Nuestra Aperomantis es un ejemplo de endemismo, esto es, de especie que está distribuida ocupando en total un área bastante pequeña, en este caso menor que un país. Gran parte de la altísima biodiversidad de la Región Mediterránea se debe a que contiene muchos endemismos, no sólo esta mantis, sino también muchos otros insectos (mariposas, grillos, escarabajos...), muchas plantas (sobre todo hierbas) y hasta vertebrados (sin ir más lejos, la liebre ibérica es un endemismo).

Podríamos pensar: pues vale, y ¿qué valor real tienen estas especies? ¿Acaso son fundamentales para que funcionen los ecosistemas? No creo que esa sea la norma. Por ejemplo, el papel que desempeña Apteromantis en su comunidad lo podría representar prácticamente del mismo modo cualquier otra mantis pequeña de las que coexisten con ella en los tomillares, quizás alguna especie de Ameles. ¿Cuál es, entonces, el valor de los endemismos? Suelo explicarlo mediante un ejemplo: la gente paga millones por cuadros, esto es, por obras hechas por el hombre. ¿Cuánto habría que pagar por cada especie en la naturaleza, cada una de las cuales es fruto de millones de siglos de evolución, una obra que el hombre no puede realizar? Al igual que el valor de un cuadro no está en la cantidad de pared que tapa, el valor de cada especie en un ecosistema no sólo se mide por su función. Las especies únicas hacen de nuestros campos lugares irrepetibles a escala mundial. Aprendamos a conocer nuestros endemismos para poder valorar lo que tenemos.

Más información sobre Apteromantis en este artículo que conozco muy bien
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14 comentarios:

Jose Antonio San Millan Cobo dijo...

Hola Naturalista. Estoy deacuerdo contigo, ademas podemos encontrar en los endemismos una excusa perfecta para proteger el territorio.

Un saludo.

http://bitacoradelvientomontanasdeburgos.blogspot.com/

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Todas las especies tiene un valor impagable, pero si son raras o escasas, más aún. Aunque tampoco hay que olvidar que tanto lo común como lo excepcional componen el patrimonio natural de la Biodiversidad, algo irrepetible en todos y cada uno de sus componentes.
Saludos, Naturalista (y recuerdos a Apteromantis aptera)

El Naturalista dijo...

Hola Jose Antonio, sí que son importantes los endemismos, aunque yo diría que más que una excusa para proteger el territorio (cosa que se suele oir acerca de "los ecologistas"), lo que proporcionan es un motivo totalmente válido y real. Saludos naturalistas.

El Naturalista dijo...

Fcº Javier, yo les daré recuerdos antes de que sucumban a la sequía estival. Sobre el valor de las especies, sin duda lo raro es valioso precisamente porque hace únicos los lugares que ocupa, pero tampoco hay que perder de vista el valor de lo común: los ecosistemas funcionan gracias a especies comunes y abundantes. Hay que ver los dos lados de la moneda, creo yo. Saludos naturalistas.

Pilar dijo...

poco que aportar en mis comentarios, como siempre¡¡
sólo escucho y aprendo de los que saben¡¡
y te robo algunas ideas para mi blog, jejeje... espero no te importe que te cite...
saludos desde Córdoba
http://lasierraenlared.blogspot.com/2010/05/volar-lejos-o-cerca.html

El Naturalista dijo...

¡En absoluto, Pilar! ¡Cita todo lo que quieras! Un saludo, naturalista.

ANZAGA dijo...

La biodiversidad pierde siempre en la ecuación en la que la vida que nos rodea está expresada en téminos de "utilidad para el hombre"...

Preciosa y necesaria mantis. Saludos.

Jesús Dorda dijo...

Cada especie es además un nudo en una línea evolutiva y todas nos pueden enseñar algo. Quizás, las que son muy diferentes aún más.

El Naturalista dijo...

Bueno, Anzaga, esa es la ide habitual, pero hay algunos paisajes mediterráneos en los que dudo que la acción del hombre haya supuesto una pérdida sustancial de biodiversidad. Más bien la ha favorecido, al abrir claros en el monte que permiten mantenerse a las especies pioneras, o al introducir el ganado aumentando la biodiversidad de hierbas. El problema son los últimos 50-60 años de pesticidas, agricultura no sostenible en absoluto y demás problemas... Un saludo.

El Naturalista dijo...

Pues también es verdad, Jesús, y además en este caso me has recordado el curioso hecho de que esta mantis no tiene alas, y algunos otros insectos mediterráneos tampoco las tienen. ¿Acaso las condiciones mediterráneas favorecen, quizá, la pérdida de alas? Algo se podría aprender de evolución con estos insectos, desde luego. Saludos naturalistas.

Raúl M. Olmos dijo...

Pues es la primera vez que veo esta especie!! Hoy me acuesto sabiendo una cosa nueva!!
Creo que todo es importante en la naturaleza, en mayor o menor medida, pero importante...
Leeré tranquilamente tu artículo Julian.
Saludos naturalistas

El Naturalista dijo...

Sí Ramuol, porque lo que no es importante para el funcionamiento del ecosistema puede serlo como parte de lo que lo convierte en único, es el caso de los endemismos como Apteromantis. ¡Espero que disfrutes en el artículo la parte de la "pelea ritual" entre las mantis! Saludos, naturalista.

Anónimo dijo...

Me ha encantado el ejemplo del cuadro... Saludos.

El Naturalista dijo...

Son cosas en las que uno cae cuando se dedica a dibujar la biodiversidad. Saludos, macroinstantes.